Resumen Ejecutivo: Este artículo presenta un sistema integral de cuatro partes para maximizar la retención y conexión de información durante la lectura: pre-lectura, lectura activa, repaso sistemático y aplicación práctica. El método está diseñado para transformar la información pasiva en conocimiento activo y aplicable.
El Arte de Recordar y Conectar lo que Leemos: Una Guía Práctica
A mediados de este año, cuando creé mi canal en YouTube, me hice una promesa: consolidar mi conocimiento y compartirlo con el mundo. No se trataba solo de ponerse ahí afuera, sino de crear un espacio donde el aprendizaje fluyera naturalmente a través de la interacción con otros.
Pensé, “si lo puedo organizar, entonces lo podré compartir o expresar”. Así que eso hice: primero investigué la forma en que pudiera almacenar lo que ya sabía. Descubrí el movimiento del segundo cerebro, Obsidian y sus principales autores y divulgadores. Me empapé de esta comunidad y decidí empezar mi propio cerebro digital. Esto me llevó a pensar la manera en anotar lo que no sabía, esto es, lo que iba aprendiendo.
Comprendí el valor de los sistemas de primera mano y, poco a poco, fui construyendo los míos para que me sirvieran en las distintas áreas que requería, entre ellas, organizarme respecto a la lectura y el aprovechamiento máximo de sus contenidos. Y esto es lo que te quiero compartir ahora: mi sistema para recordar todo lo que leo.
Este sistema no solo te ayudará a recordar lo que lees, sino que transformará tu manera de interactuar con el conocimiento, permitiéndote:
Absorber información de manera más efectiva.
Crear conexiones significativas entre conceptos.
Desarrollar un pensamiento más profundo y crítico.
Convertir el conocimiento pasivo en sabiduría activa.
El sistema consta esencialmente de 4 partes:
La pre-lectura.
Lectura y toma de notas.
Bucles de repaso.
Expresión creativa.
De la pre-lectura ya he hablado antes en un video que puedes ver aquí, o si prefieres, te dejo una versión escrita que compartí en mi Newsletter que puedes leer aquí. Lo mismo con la lectura y toma de notas, recientemente hice un video que utiliza uno de los mejores métodos de acompañamiento a los textos que puedes ver aquí.
El verdadero valor de este sistema no está en sus componentes individuales, sino en cómo se entrelazan para crear un flujo natural de aprendizaje. Veamos cada elemento en detalle, comenzando por la base fundamental: la pre-lectura.
Antes de leer: Preparando el terreno para el aprendizaje profundo
Leer es un proceso cíclico, que consta de dos fases, consumo y digestión. La fase de consumo es precisamente lo que su nombre indica, consumir, realizar el acto de pasar la mirada de una palabra a la siguiente, renglón tras renglón. La mayoría cree que de esto se trata leer, simplemente de abrir la primera página y llegar lo más pronto posible a la última, pero se pasan por alto la fase más importante, que es saber digerir lo que están consumiendo.
La digestión es el proceso activo de interiorizar la información. Durante la lectura, es hacernos preguntas acerca de su contenido y saber enlazar temas y conceptos para crear asociaciones que faciliten nuestro recuerdo. No debemos avanzar mucho sin antes entender qué es lo que estamos leyendo, y un buen ejercicio de activación del pensamiento es analizar la portada, contraportada e índice de un libro, así obtenemos el panorama general y sabemos a lo que nos vamos a enfrentar.
Adicionalmente, debemos identificar problemas o áreas de interés específicas que podamos rastrear en la lectura, así hacemos más personal el acto de leer y por ende, es más probable que recordemos la información en un futuro si nos está aportando valor personal. Piensa en un problema que tengas actualmente y crea un listado de lectura para darle solución. Otra estrategia para optimizar nuestra habilidad de recordar la información es asociar la lectura a una experiencia pasada que nos haya marcado, también conocido como priming. Haz el ejercicio de pensar a qué te recuerda un concepto, tema o situación, haz explícita esa asociación.
En síntesis, la pre-lectura es el acto de exteriorizar nuestras intenciones y maximizar nuestra comprensión; es leer con propósito, y se puede resumir en una pregunta ¿Qué esperas obtener de la lectura?.
Mi flujo de trabajo: Convertir la información en sabiduría
Una vez me embarco en una lectura, mantengo un único principio en todo momento: a mayor activación del pensamiento, mejor aprendizaje. Es decir, mientras más me encuentre pensando activamente en el material, es más probable que lo codifique exitosamente y lo interiorice para ser usado después. Este proceso aparentemente abstracto puede ser aterrizado en 4 bloques de pensamiento y redacción:
1. Captura de ideas
Si una idea me llama la atención, o es muy clave para entender la lectura o sé que me servirá en el futuro, la capturo inmediatamente. La captura de ideas es esencialmente tomar notas eficaces, como vimos en la explicación de El Método Zettelkasten. Para ello, recomiendo tener un lugar físico o digital donde puedan llegar todas las ideas y notas para luego ser procesadas. En mi caso, utilizo una app llamada Obsidian.
Aquí la importancia reside en la atomicidad y la síntesis de las ideas, que son traducidas a palabras propias para que sean apropiadas debidamente. También es importante adquirir el hábito de capturar en la marcha, intentando no desviar por completo la atención de la lectura, pero siendo capaces de anotar siempre lo relevante.
Caso Práctico: Captura de Ideas en Acción Imaginemos que estás leyendo “El Principito”. Al encontrar la frase “Lo esencial es invisible a los ojos”, podrías crear una nota así:
Idea Original: “Lo esencial es invisible ante los ojos”
Reformulación Personal: Las verdades más importantes de la vida no son tangibles ni evidentes a primera vista.
Conexiones:
Relaciona con filosofía existencialista.
Vincula con percepción vs realidad.
Conecta con experiencia personal: alguna persona que guarda más en el fondo que lo que demuestra.
2. Elaboración y análisis
Una vez tengo una masa crítica de ideas acerca de un tema o lectura en particular, lo que hago es aplicar las prácticas de elaboración, asociación y prácticas de recuperación activa para maximizar mi entendimiento de los conceptos. Estas técnicas transforman la información aislada en conocimiento rico y conectado, además que combaten La Curva del Olvido de los temas. Entre ellas podemos encontrar:
Esquematización: Crear un esquema visual de cómo se relacionan conceptos, personajes, temas y hasta fechas. Ayuda a descargar el esquema cognitivo que ya tenemos en nuestra mente para liberar recursos cognitivos y trabajar mejor con la información en el papel.
Contrastación: Comparar nuevas ideas con conocimientos previos, notas que dialogan entre sí; ver en qué se distancian o qué comparten, encontrar vacíos explicativos o conceptuales, también conexiones inesperadas. La comparación activa de ideas es el primer paso para la formulación de nuevas teorías y hallazgos significativos.
Contextualización: Ubicar conceptos dentro de un marco más amplio. Lo que me gusta hacer es crear Mapas de contenido Big Picture que contengan temas, subtemas y sub-subtemas. Puede considerarse como notas de índice o categorías funcionales de líneas de pensamiento que tengo.
Conexión de notas: Es muy similar a elaborar, salvo que aquí el principal objetivo es encontrar conexiones “ocultas” entre temas aparentemente no relacionados (o que se me han pasado por alto). La razón es simple: enriquecer la masa crítica de ideas con potencialmente nuevas ideas y líneas de pensamiento. También he visto que fomenta la creatividad.
3. Bucles de repaso activo
El siguiente gran paso no es un paso como tal sino más bien un estado de mantenimiento. Pues es inevitable que con las secuencias anteriores no hayan surgido nuevas ideas y conexiones, que requieren ser atendidas y procesadas en un futuro. Para ello, he creado un sistema de repaso activo con etiquetas que llamo “Cuarto de Estudio” en Obsidian donde residen estas nuevas notas, así como las ya procesadas.
Lo que hago es ver qué notas necesitan de mayor elaboración, dependiendo de su número de enlaces. El número de enlaces es un buen indicador de que una nota tiene suficiente material de apoyo como para ser elaborada, contrastada o contextualizada como en el paso anterior.
Si veo que hace falta más información, le asigno la etiqueta de “investigar” y es asignada al flujo de trabajo de “investigación”, o si veo poco soporte teórico, le asigno la etiqueta de “evaluar”, para comprobar después si es en verdad una nota que merece la pena conservar.
No obstante, si eres bastante perspicaz te habrás dado cuenta que este sistema maneja casi en su totalidad nociones, esencias o ideas que representan temas, es decir, su carga es prácticamente conceptual-teórica, pero deja de lado cosas más factuales como fechas, números concretos y mucho material memorístico. Esto es intencional, pues creo que debemos priorizar aquello que queramos conservar a largo plazo y para mí, son las ideas más esenciales.
Sin embargo, estoy en el proceso de incluir maneras de recuperación activa para este otro tipo de información. Por ahora, la mejor pista que tengo son las famosas flashcards de Anki.
4. Aplicación del conocimiento
Ahora sí, el paso final y quizás, el más importante de todos ¿Qué hacer con todo ese conocimiento? Porque querer conocer más y aprender más está bien, pero si además podemos crear para aportar, ya vamos ganando en la vida.
Para mí, crear significan varias cosas. De hecho podríamos decir que desde la anotación de las ideas en nuestras propias palabras ya estamos creando, como mínimo construyendo. Pero podemos ir un paso más allá.
En mi caso utilizo las lecturas, notas, ideas y experiencias para crear artículos como este que estás leyendo, también para redactar las entradas de Newsletter semanal y por supuesto, para generar los videos de mi canal. Considero cada uno como un producto de mi proceso de aprendizaje y hacen parte de un gran proyecto en miras a mi canal y desarrollo de marca.
El beneficio de aplicar el conocimiento es autoevidente: refuerza tu entendimiento de los temas a medida que creas activos útiles para tu desarrollo personal, realmente es ganancia por donde se le mire, por algo es el objetivo final de muchos currículos escolares y académicos. Ser capaces de aplicar la teoría o poner en práctica los conocimientos es quizás la mayor ventaja competitiva que puedes adquirir.
Ejemplo Práctico: El Sistema en Acción
Para ilustrar cómo funciona este sistema en la práctica, tomemos un ejemplo concreto:
Supongamos que estás leyendo un libro sobre Filosofía Antigua. Durante la pre-lectura, identificas que tu objetivo es comprender los orígenes del pensamiento occidental. En la fase de lectura activa, capturas ideas clave sobre conceptos de la ética, conocimiento y verdad en Obsidian. Durante la elaboración, conectas estos conceptos con tus experiencias previas y otros conceptos y teorías que conoces. En los bucles de repaso, profundizas en las nociones más relevantes para ti, y finalmente, creas un artículo en tu blog compartiendo tu perspectiva acerca de lo que aprendiste sobre las bases del pensamiento occidental (o simplemente lo discutes con un amigo).
Este ciclo completo no solo te ayuda a recordar el contenido, sino que lo transforma en conocimiento práctico y compartible.
Consideraciones finales
El último punto que quiero aclarar es la diferencia entre un sistema de aprendizaje como el que te acabo de describir y el PKM o una Wiki personal. El PKM (Personal Knowledge Management) se refiere a cómo organizamos externamente el conocimiento que tenemos, lo mismo con las Wikis, que almacenan localmente o en la nube un glosario de conceptos (claramente Wikipedia se lleva la corona en cuanto a extensión).
La principal diferencia viene de su nombre, la sistematicidad. No basta con simplemente anotar y dejar por escrito lo que sabemos (que igual es el primer paso), hace falta un dinamismo de interacción entre las ideas como ya vimos: elaborar, contrastar, esquematizar, conectar y crear. Esto es lo que le da vida al conocimiento, lo mueve y lo transforma, además que potencia tu aprendizaje a largo plazo y te proporciona activos que en teoría te deberían durar toda una vida.
Así que espero que todos estos meses de experiencia y experimentación que he compartido contigo te sirvan como mínimo de inspiración para empezar tu propio sistema de aprendizaje continuo. No necesitas implementar todo de una vez - empieza con un elemento, quizás la pre-lectura o la captura de ideas, y ve construyendo desde ahí. Comparte tus experiencias conmigo en los comentarios de YouTube (cogni-vivo) o través de mi Newsletter Conexión cogni. Tu viaje hacia un aprendizaje más efectivo comienza con un solo paso.
Esto como verás, es un tema que me apasiona muchísimo. Todas las semanas estoy compartiendo contenido de valor relacionado bien sea por mi canal de YouTube cogni-vivo o mi Newsletter Conexión cogni, pásate por alguno y si te gusta lo que ves, no olvides en seguirme. Abajo te dejo la versión en video para los que les entra mejor por los ojos.
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Básicamente sigo los mismos pasos, apuntando ideas, haciéndome preguntas, buscando respuestas, conectando ideas … todo en papel y además mi soporte digital. Disfruto de cada lectura, siendo activas, inmersivas y apasionantes .
Cada una de ellas es un reto nuevo
Muy interesante tu propuesta. Yo tomo notas también de las ideas interesantes, para tenerlas a mano. Ero dejo que "la digestión" conecte con mi propia, sabiduría, más que con mi cerebro. Creo que ya sabemos, que solo necesitamos despertarlo, nada nos enseña fuera. Por eso, a una idea interesante, una vivencia, experiencia... La dejo habitarme y que despierte mis propias experiencias o conocimientos internos: lo asoció con otros, me pregunto por qué me llega ahora, busco su aprendizaje, la exploro creativamente, la relaciono con mi momento personal